"Lo ideal sería tener el corazón en el cráneo y el cerebro en el pecho. Así, pensaríamos con amor y amaríamos con inteligencia."
-Anónimo

martes, 8 de marzo de 2016

Trastornos Mentales

Me resulta bastante difícil escribir ésto, y ni sé por dónde empezar. He escrito varias intros pero ninguna me convencía, así que tan solo me queda empezar el texto de forma incómoda y estúpida.

Tengo dieciocho años y me he sentido como una mierda desde que tengo memoria. He tenido mis momentos felices, todo hay que decirlo, pero esos momentos no compensan la balanza que controla mi mente. ¿Autoestima? ¿Confianza? ¿Vivir sin preocupaciones? Ojalá supiera lo que se siente estar satisfecha con una misma, ojalá supiera confiar en los demás, ojalá supiera vivir sin tener que preocuparme por todo, pero no. Me ha tocado vivir en el lado oscuro de mis propios pensamientos.

Poco a poco me he ido sintiendo peor conmigo misma, empezaba a mirar con asco el reflejo que me devolvía la mirada en el espejo, no paraba de pensar que qué pensarán los demás de mí. Me sentía cada vez más insegura de mis actos. Cada vez que mi madre se emborrachaba se me iba acabando la paciencia, haciendo de mi situación en casa cada vez peor. Cada vez me encerraba más y más en mi cuarto, sin salir, sin hablar, sin hacer vida, nada más que llorar y lamentar estar viva. Cada vez era más difícil ver la claridad del sol a través del nubarrón de mis pensamientos.

Luego mi vida fue cambiando, y pasó lo que he contado en las entradas anteriores del blog. Dejé de escribir, pero era porque por fin era feliz con el protagonista de mis tristes relatos. Me ha ayudado mucho, y lo sigue haciendo, o al menos lo intenta, pero no he podido evitar volver a caer al foso de de oscuridad del que logré salir por un tiempo gracias a él. La cosa es, que aunque yo sabía que estaba mal, jamás llegué a pensar que pudiera estar enferma mentalmente. Tras haberme pasado años llorando y sin autoestima alguna, he estado investigando por mi cuenta al no poder permitirme ir a un psicólogo y haciendo varios tests, y he llegado a varias conclusiones y si estoy equivocada entonces jamás entenderé qué cojones es lo que me pasa en la cabeza.

Bien pues, he descubierto que hay un trastorno que se llama 'Trastorno de la personalidad por evitación' (TPE), cuyas características son: inhibición social; sentimientos de inadecuación; hipersensibilidad a la evaluación negativa, rechazo o desaprobación; y evitación de la interacción social. Las personas con trastorno de personalidad por evitación se consideran socialmente ineptos, con escaso atractivo personal y evitan la interacción social por temor a ser ridiculizados, humillados o rechazados, o simplemente desagradar. Las personas con TPE tienen la creencia de que el resto de las personas los están juzgando o criticando constantemente por su aspecto, acciones, etc. Esto hace que estos sujetos "eviten" cualquier situación en las que puedan ser criticados, volviéndose solitarios y reacios a relacionarse con otras personas, exceptuando su núcleo familiar y una o dos amistades seleccionadas cuidadosamente al tener garantías de que no serán rechazados. Además suelen mostrarse desconfiados, pero esta desconfianza se debe más al miedo a encontrarse en un compromiso o a ser considerado inferior a los demás, que al miedo a que les hagan daño. Cuando conocen a una persona evalúan todos sus gestos y movimientos, interpretándolos casi siempre de forma negativa con recelo.

Después de leer esa definición, con la cual me sentía identificada al 100%, tuve una confirmación de que algo grave me pasaba. La cosa es que hay más.
El Trastorno de personalidad por evitación está estrechamente relacionado con trastornos de ansiedad y en especial con la fobia social, lo cual me confirmaba más aún que algo me pasa en la cabeza y por alguna extraña razón me siento aliviada al saber que todos mis bajones, mi mal estar, todo tenía una explicación. Pero a la vez que me alivia me entristece, porque en el fondo esperaba que tan solo fuera una fase, aunque hubiese durado años, pero que solo fuese una fase. 

Al Trastorno de personalidad por evitación se suma el Trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Como su nombre indica, se refiere a la situación en la que el individuo experimenta una ansiedad constante y a largo plazo, sin saber su causa. Estas personas tienen miedo de algo, pero son incapaces de explicar de qué se trata. Debido a su ansiedad no pueden desempeñarse en forma normal. No logran concentrarse, no pueden apartar sus temores y sus vidas empiezan a girar en torno a la ansiedad. El síntoma principal es la presencia casi constante de preocupación o tensión, incluso cuando no existen causas objetivas que lo motiven. Las preocupaciones parecen flotar de un problema a otro, e incluso siendo conscientes de que sus preocupaciones o miedos son más intensos de lo necesario, una persona con trastorno de ansiedad generalizada tiene dificultad para controlarlos. Los síntomas psicológicos son: preocupación crónica y exagerada, agitación, inquietud, tensión e irritabilidad, aparentemente sin causa alguna o más intensas de lo que sería razonable en esa situación en particular. Con frecuencia suelen aparecer signos físicos como temblores, dolor de cabeza, mareos, agitación, tensión y dolor muscular, ojeras, pérdida de peso (desgraciadamente eso justo no me pasa), molestias abdominales, sudoración, falta de aire y bostezo constante.

Hay más. El Trastorno de ansiedad social (TAS), también conocido como fobia social, es un trastorno caracterizado por un miedo persistente a una o más situaciones sociales por temor a que resulten embarazosas. Como cualquier fobia, se centra en un miedo intenso, persistente y crónico, en este caso, a ser juzgado, avergonzado y humillado, que se pone de manifiesto en varias situaciones, entre las que destacan hablar en público, reuniones sociales en las que tendrá que relacionarse y encuentros inesperados con conocidos, familiares, amigos, etc. Estos temores pueden ser desencadenados por medio del escrutinio de las acciones de los demás. El sentimiento de miedo es tan intenso que en este tipo de situaciones la persona se pone nerviosa tan sólo con pensar en ello (ansiedad anticipatoria), e intenta esforzarse para controlar o suprimir la ansiedad. Estas situaciones y otra serie de sucesos hacen que el que la padezca se sienta inseguro, acechado e incómodo con sensaciones intensas y desagradables acerca de lo que pueden estar hablando, pensando o juzgando de él. Si bien el miedo a la interacción social puede ser reconocido por la persona como excesivo o irracional, su superación puede ser bastante difícil, Los síntomas físicos que acompañan a menudo el TAS incluyen rubor, sudoración profusa, temblores, palpitaciones, náuseas, tartamudez o discurso acelerado. Pueden ocurrir ataques de pánico en virtud del intenso miedo y malestar. Un diagnóstico precoz puede ayudar a minimizar los síntomas y el desarrollo de problemas adicionales, como la depresión, a lo cual llego años tarde para evitar.

El Trastorno depresivo mayor (MDD por sus siglas en inglés), que es una enfermedad mental que se caracteriza por un estado de ánimo invasivo y persistente acompañado de una baja autoestima y una pérdida de interés o de placer en actividades que normalmente se considerarían entretenidas. La depresión mayor afecta a la familia y a las relaciones personales del paciente, así como su vida laboral o escolar, su alimentación, patrones de sueño y salud en general. Una persona con un episodio depresivo mayor usualmente exhibe un estado de ánimo muy bajo, el cual se refleja en todos los aspectos de su vida. Personas con depresión pueden estar preocupadas, o deliberar sobre pensamientos o sentimientos de inutilidad, culpa inapropiada o lamento, impotencia, desesperanza y odio a sí mismo. Otros síntomas incluyen concentración y memoria ineficiente, retirarse de situaciones y actividades sociales, reducción sel apetito sexual, y pensamiento de muerte o suicidio. El insomnio es común entre los deprimidos, aunque la hipersomnia también puede suceder.


POR FIN. Por fin después de pasarme años pensando qué estaba mal en mí, he encontrado respuestas a mi mal estar. Que sé que no soy la chica más desgraciada del mundo, siempre lo he sabido, pero aún así cada uno tiene sus propias desgracias.

Gracias a que ahora sé que existe el Trastorno de la personalidad por evitación, el Trastorno de la ansiedad social y la depresión mayor, ahora entiendo porque había días que me despertaba con miedo a salir a la calle, por qué me aterra pedir comida o un taxi por teléfono, por qué me ilusiona conocer gente nueva pero a la vez me abruma de forma aplastante y negativa, por qué al mirarme en el espejo no puedo evitar que me vengan pensamientos como "das asco, la gente que te rodea solo es amable contigo, nadie te quiere, eres fea, si te murieras ahora nadie se daría cuenta, eres un desecho social, a nadie le importas, ¿y si dejas de comer?, no, mejor come todo lo que encuentres, así te sientes peor". Ahora entiendo mi dificultad para tener un horario de sueño normal, o no duermo o duermo todo el rato. Ahora entiendo por qué a veces me cuesta vocalizar o por qué últimamente a veces tartamudeo cuando nunca he tenido problemas para hablar. Ahora entiendo por qué me da pánico y me siento incómoda en sitios públicos, y que cuando me llaman la atención delante de otras personas noto una burbuja en mi interior que como no pueda controlarlo y deje que explote, explotaré con ella rompiendo a llorar, lo cual me lleva a otro de mis miedos, llorar en los momentos más inoportunos, los que menos vienen a cuento y que la gente piense que lo hago adrede buscando atención o que soy una maldita exagerada. Cada vez que conozco a una persona nueva la analizo de pies a cabeza, palabra por palabra, mirada por mirada y gesto por gesto, y otra vez me invaden mis pensamientos, "he dicho algo mal, no se me ha entendido bien, debo de tener muy mala cara, le caigo mal, me odia, se aburre conmigo".  Ya apenas voy a clase porque tengo miedo de que mi profesor de filosofía vuelva a llamarme la atención delante de todo el mundo, porque tengo miedo de que toda la clase me mire y otra avalancha de juicios me venga a la mente: "¿esta chica qué hace aquí?, que se quede en su casa, mírala, está sentada sola, nadie la quiere". Muchas veces voy de camino al instituto y de repente me invade el pánico y me obliga a dar media vuelta, llegar a mi casa, esconderme en mi cama y llorar. Llevo años notando que me falta el aire, que no respiro bien. Llevo años sin poder relajarme, llevo años sin dormir bien, sin descansar. Estos últimos meses he perdido el apetito sexual, he perdido la ilusión. Me siento impotente porque sé que la mitad de las cosas que siento o pienso son por mi culpa, son sin motivo, pero no puedo evitar que mi cabeza siga siendo un motor en marcha, no soy la que conduce, soy la copiloto y estoy atada al asiento viendo los caminos que recorre mi mente y no llego a los frenos. Puedo gritar, llorar, pegar patadas y puñetazos, hacerme daño a mi misma, da igual, la impotencia sigue ahí. He pasado toda mi vida preocupada de que los demás no supieran absolutamente nada sobre mis temores, me he pasado la vida intentando controlar mis sollozos evitando llorar delante de nadie porque me da vergüenza que la gente vea que soy débil. 

Por fin sé exactamente lo que me pasa, pero no sé cómo arreglarlo.

2 comentarios:

  1. Amiga <3 me identifico si bien no con todo si en su mayoría! Desansiedad me ha ayudado demasiado, busca allí. Abrazos.

    ResponderEliminar

Pointy Hand